
RI7 – La Huella Hídrica del Comercio Internacional/ The Water Footprint of International Trade
Como la energía, el agua es un insumo clave en cualquier economía con variaciones en la disponibilidad y calidad de un país a otro, el agua es un problema local. Al mismo tiempo, es un recurso global y colectivo, ya que utilizamos el comercio internacional de bienes para satisfacer las necesidades de las poblaciones del mundo.
Las Naciones Unidas ha advertido que el uso del agua está creciendo al doble de la tasa de crecimiento de la población. A menos que se revierta esta tendencia, dos tercios de la población mundial enfrentarán el “estrés” del agua para 2025.
El agua es una fuerza compleja y sutil en una economía. Es la única limitación para la expansión de cada ciudad, y los banqueros y ejecutivos corporativos lo han citado como el único límite natural para el crecimiento económico.
La huella hídrica es un indicador del impacto del consumo humano en los sistemas hídricos. Surge del reconocimiento de que dicho impacto puede relacionarse con el comercio internacional de bienes y servicios, indicando el volumen total de agua dulce empleada directa o indirectamente en la elaboración de un producto.
Su análisis permite visualizar el uso “oculto” del agua a lo largo de toda la cadena productiva y ayuda a identificar cómo y dónde, el consumo de bienes en un lugar impacta los recursos hídricos de otro lugar. Comprende cuatro dimensiones: tiempo, sitio, color y volumen.
La “huella hídrica verde” o “agua verde” es el volumen de agua proveniente de la lluvia, la que ha estado almacenada en el suelo como humedad y que se ha evaporado durante la producción. La “huella hídrica azul” es el agua superficial y subterránea, como los ríos, lagos, embalses o acuíferos. Por último, la “huella hídrica gris” es el volumen de agua contaminada en el proceso productivo.
Este enfoque ha creado un cambio de paradigma en la gestión de los recursos hídricos y de la sostenibilidad general del planeta. Deja clara la diferencia entre el uso directo, que es el que queda reflejado en la factura de los domicilios y empresas, y el indirecto que es el que está contenido en todos los productos y servicios que consumimos, y que es enormemente mayor.
Se puede calcular para un producto, proceso, industria, consumidor, cuenca, estado o país. Así, la huella hídrica es un indicador de la apropiación humana de agua dulce que ayuda a comprender mejor la escasez y la contaminación del agua en muchos lugares, siendo una herramienta cada vez más utilizada en distintas latitudes para la mejorar la gestión integrada de recursos hídricos.
El interés por la huella hídrica ha crecido en México en los últimos años, situación que debe ser aprovechada para reducir su impacto ambiental en diversos sectores, mediante el análisis de la sostenibilidad de su huella hídrica.
La agricultura es el sector que más agua consume (entre el 70 y el 90 %, dependiendo del país). Los alimentos y productos de origen vegetal y los textiles son los que mayor huella hídrica presentan. Casi el 92% de la huella hídrica planetaria pertenece a la producción de alimentos. Entre ellos, el café y la carne de bovino son los que más agua consumen.
De acuerdo con datos de la Red de la Huella Hídrica (Water Footprint Network), para producir 1 kilo de café se emplean 18,900 litros de agua, por lo que cada taza de café tiene una huella hídrica de unos 130 litros. Una cantidad de agua similar es la que está implícita en una manzana de 160 gramos o en un plátano de 150 gramos.
Un filete de ternera de 100 gramos “contiene” 1,500 litros de agua, pues hay que tener en cuenta los tres años de promedio que han sido necesarios para que el animal crezca y pueda producir 200 kg de carne deshuesada, en los que se han utilizado más de tres millones de litros de agua —hay que contabilizar la que ha bebido, el forraje que ha comido y los servicios que ha necesitado (transporte, veterinaria, etc.) en su vida.
16,600 litros de agua son la huella hídrica de un par de zapatos de cuero, pero lo que más contribuye a disparar el gasto de agua son las prendas de algodón. Para producir todo el algodón que se fabrica en el mundo cada año hacen falta 222 mil millones de metros cúbicos; esto equivale al 3.5% del consumo mundial de agua para la agricultura.
La fabricación de prendas de algodón ilustra de forma clara el concepto de huella hídrica gris, el más negativo a nivel medioambiental. En la fase de cultivo, los pesticidas, insecticidas y fertilizantes son los primeros contaminantes; en el transporte también se contamina, aunque preferentemente a nivel de gases atmosféricos; en la fase de fabricación de los tejidos se contamina con tintes y otros productos químicos; y finalmente el producto acabado se vuelve a transportar. El cálculo de la huella hídrica sigue todo este proceso y concluye que la industria del algodón contamina 50 mil millones de metros cúbicos de agua cada año.
Es otra forma de entender el “consumo de agua” que deja clara la diferencia entre el uso directo, que es el que queda reflejado en la factura de los domicilios y empresas, y el indirecto que es el que está contenido en todos los productos y servicios que consumimos, y que es enormemente mayor.
Así pues, el cálculo de la huella hídrica nos indica también que el gasto de agua depende del país en el que se producen los bienes y, por consiguiente, de la balanza comercial internacional.
La huella hídrica de una nación se puede ver desde dos perspectivas: producción y consumo. La huella hídrica de la producción es la cantidad de recursos hídricos locales que se utilizan para producir bienes y servicios dentro del país. Esto incluye la huella hídrica de la agricultura, la industria y el uso doméstico del agua y nos dice el volumen total de agua y la capacidad de asimilación consumida dentro de las fronteras del país.
Desde la perspectiva del consumo, se calcula para todos los bienes y servicios que consumen las personas que viven en un país. Esta huella hídrica puede estar en parte dentro del país y en parte fuera de él, dependiendo de si los productos se producen o importan localmente.
Los acuerdos de libre comercio generalmente priorizan los aspectos económicos sobre cualquier otro tema, dejando en segundo término los impactos en el uso de recursos naturales que implican estas transacciones comerciales.
Ante la crisis de sustentabilidad que enfrenta el mundo, en algún momento los países deberán considerar al agua la base para las negociaciones comerciales. Además del punto para determinar la eficiencia, origen y destino del comercio, donde el país firmante que produce más barato, desde un punto de vista de la huella hídrica, sea el proveedor de los otros países.
En base a lo anterior, se realizaría un balance comercial en el que pueda identificarse el ahorro potencial de agua que implicaría producir en dónde es más barato en términos de la huella hídrica, comparándolo con un escenario (sin libre comercio) en donde la totalidad del consumo es producido de manera interna en cada país.
Fuente:
https://elfinanciero.com.mx/mundo/las-entidades-de-mexico-que-se-acercan-al-dia-cero-del-agua
http://www.mercadosdemedioambiente.com/actualidad/la-huella-hidrica-de-los-productos/
https://www.wri.org/our-work/topics/water
“En TLC Asociados desarrollamos un equipo multidisciplinario de expertos en auditorías y análisis de riesgos para asesorar, implementar estrategias y dar cumplimiento en operaciones de comercio exterior”.
Para más información o comentarios sobre esta publicación contacte a:
División de Relaciones Institucionales
TLC Asociados S.C.
Prohibida la reproducción parcial o total. Todos los derechos reservados de TLC Asociados, S.C. El contenido del presente artículo no constituye una consulta particular y por lo tanto TLC Asociados, S.C., su equipo y su autor, no asumen responsabilidad alguna de la interpretación o aplicación que el lector o destinatario le pueda dar.
Just as energy, water is a key asset for any economy with variating availability and quality from one country to another, water is a local problem. At the same time, it is a global and collective resource, since we use the international trade of goods to satisfy the need of the global population.
The United Nations has warned that the water usage is doubling the population growth rate. Unless this tendency is reverted, two thirds of the global population will suffer from water stress by 2025.
Water is a complex and subtle force in an economy. It represents the only limitation for the expansion of every city. Bankers and corporate executives have referred to it as the only natural limitation for economic growth.
The water footprint indicates the impact of human consumption on water systems. It arises from the recognition that this impact can be related to international trade in goods and services, indicating the total volume of freshwater used directly or indirectly in the production of a product.
Its analysis allows to see the “hidden” water use along the supply chain and helps to identify how and where does goods consumption from one location impact water resources somewhere else. It consists of four dimensions: time, place, color and volume.
The “green water footprint” or “green water” is the volume of water from rain, which has been stored in the soil as moisture and has evaporated during production. The “blue water footprint” is surface water and groundwater, such as rivers, lakes, reservoirs or aquifers. Finally, the “grey water footprint” is the volume of water polluted in the production process.
This approach has created a paradigm change on the management of water resources and general sustainability of the planet. It indicates the clear difference between direct usage, the one perceived on bills from households and companies, and the indirect, which is the one involved in all the products and services we consume and is dramatically higher.
The water footprint can calculate the usage for a product, process, industry, consumer, basin, state or country. Thus, the water footprint is an indicator of human appropriation of freshwater that helps to better understand water scarcity and pollution in many places, being an increasingly used tool in different latitudes to improve integrated water resources management.
On recent years, Mexico has had an increased interest on the water footprint. We must use this situation to reduce the environmental impact on different sectors using the sustainability analysis from their water footprint.
Agriculture is the most consuming sector (between 70 and 90%, depending on the country). Foods and products of vegetable origin and textiles have the largest water footprint. Nearly 92% of the world’s water footprint belongs to food production. Among them, coffee and beef are the most water-consuming.
According to data from the Water Footprint Network, 18,900 liters of water are used to produce 1 kilo of coffee, so each cup of coffee has a water footprint of about 130 liters. A similar amount of water is implicit in an apple of 160 grams or a banana of 150 grams.
A 100-gram beef steak “contains” 1,500 liters of water, since we have to take into account the average three years needed for the animal to grown and produce 200 kg of boneless meat, in which more than three million liters of water have been used. We must account for the water and fodder it had consumed, as well as the services it needed in life (transport, vet, etc.)
A pair of leather shoes has a water footprint of 16,600 liters, but what contributes most to boosting water expenditure are cotton garments. To produce all the cotton produced in the world each year requires 222 billion cubic meters, equivalent to 3.5% of global water consumption for agriculture.
The production of cotton garments clearly illustrates the concept of grey water footprint, the most damaging for the environment. During the cultivation phase, pesticides, insecticides and fertilizers are the first to pollute. Transport also pollutes, although it does mostly at an atmospheric gas level. During the manufacturing phase, the fabrics are contaminated with dyes and other chemical products, and finally the finished product is transported again. The calculation of the water footprint follows this entire process and concludes that the cotton industry pollutes 50 billion cubic meters of water each year.
It is another way of understanding “water consumption” that makes clear the difference between direct use, which is what is reflected in the bill for homes and businesses, and indirect that is contained in all the products and services we consume, and which is significantly greater.
Thus, the calculation of the water footprint also indicates that water expenditure depends on the country in which the goods are produced and, consequently, on the international trade balance.
A nation’s water footprint can be seen from two perspectives: production and consumption. The water footprint of production is the amount of local water resources that are used to produce goods and services within the country. This includes the water footprint of agriculture, industry and domestic water use and tells us the total volume of water and assimilation capacity consumed within the country’s borders.
From a consumption perspective, it is calculated for all goods and services consumed by people living in a country. This water footprint may be partly within the country and partly outside it, depending on whether the products are produced or imported locally.
Free trade agreements generally prioritize economic aspects over any other issue, leaving in second place the impacts on the use of natural resources implied by these commercial transactions.
Faced with the sustainability crisis affecting the world, at some point countries will have to consider water as the basis for trade negotiations. In addition to the point to determine the efficiency, origin and destination of trade, where the signatory country that produces the cheapest, from a point of view of the water footprint, is the supplier of the other countries.
Based on the above, a trade balance would be made in which it would be possible to identify the potential water savings that would be involved in producing where it is cheaper in terms of the water footprint, comparing it with a scenario (without free trade) in which the entire consumption is produced domestically in each country.
Source:
https://elfinanciero.com.mx/mundo/las-entidades-de-mexico-que-se-acercan-al-dia-cero-del-agua
http://www.mercadosdemedioambiente.com/actualidad/la-huella-hidrica-de-los-productos/
https://www.wri.org/our-work/topics/water
“In TLC Asociados, we develop a multidisciplinary team of experts in audits and risk analysis for consulting, implementing strategies and complying with foreign trade operations”.
For further information or comments regarding this article, please contact:
Institutional Relations Division
TLC Asociados S.C.
A total or partial reproduction is completely prohibited. All rights are reserved to TLC Asociados, S.C. The content of this article is not a consultation; therefore, TLC Asociados S.C., its team and its author do not assume any responsibility for the interpretations or implementations the reader may have.
Search
Nuestros servicios
- División de Auditoria Preventiva y de Cumplimiento
- División de Certificaciones OEA-NEEC-CTPAT
- División de Certificación en Materia de IVA/IEPS y Recinto Fiscalizado Estratégico
- División de Blindaje Legal
- División de Consultoría
- División de Lobbying
- Gestoría de Permisos Especiales
- Arquitectura Aduanera
- Revista TLC
- Libros TLC