
RI22 – CPTPP: una opción para China/ CPTPP: An Option for China
Conformado por 11 economías de Asia y el Pacífico, el CPTPP es actualmente el mayor bloque comercial de la región y el tercero más grande del mundo, representa el 13.5% del comercio mundial de bienes. De acuerdo con un estudio del Instituto Peterson de Economía Internacional (PIIE por sus siglas en inglés), la entrada de China generará beneficios económicos masivos para este país, así como para sus miembros, con una expansión comercial del 50% y un aumento del 76% en los ingresos mundiales a 632 mil millones de dólares.
El Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP) fue diseñado en 2016 con obligaciones estrictas que requieren transparencia y liberalización comercial, además de cerrar prácticamente cualquier posibilidad a China de integrarse. Como lo expresó el ex Representante Comercial de los Estados Unidos, Michael Froman, “la participación de China será bienvenida solo cuando pueda cumplir con los términos del TPP”. Estados Unidos no estaba excluyendo a China; China simplemente no estaba lista para entrar.
Donald Trump retiró a Estados Unidos del TPP en enero del 2017. Los 11 países restantes continuaron las negociaciones y suspendieron algunas de las disposiciones más controvertidas que favorecían a Estados Unidos e implementaron el pacto, rebautizándolo como CPTPP a finales de diciembre del 2018. A partir de esto, se abre una posibilidad para el ingreso de China.
Sin funcionarios estadounidenses que seleccionen a los nuevos solicitantes, ahora China podría negociar su adhesión al tratado bajo términos revisados y más flexibles para mejorar su influencia económica regional. Esto sería una mala señal para Estados Unidos, tanto en términos económicos como geopolíticos.
Para que China pueda ingresar al CPTPP, tendrá que realizar reformas internas importantes a fin de cumplir con las disciplinas establecidas, tales como: empresas propiedad del estado, flujos de datos y restricciones de localización, obligaciones laborales y subsidios.
China no ha cambiado su posición hacia la integración económica regional, sus prioridades radican en el uso de la Asociación Económica Integral Regional (RCEP), complementada por el acuerdo comercial trilateral China-Japón-Corea (CJK) y la Iniciativa masiva “Belt and Road” para profundizar la integración en las cadenas de suministro intra – asiáticas, así como las relaciones políticas.
Después de casi ocho años de negociación el RCEP, está prácticamente concluido. En noviembre del 2019, los 16 participantes, excepto India, acordaron un acuerdo amplio que abarca el comercio de bienes y servicios. China, Japón, Corea, Australia, Nueva Zelanda y los 10 miembros de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático esperan finalizar el texto legal y firmar el acuerdo a fines de 2020. El CPTPP tiene siete miembros superpuestos con el RCEP.
Lo establecido en ambos tratados, RCEP y CJK, reduce la brecha entre la práctica china y las mejores prácticas de CPTPP. Por lo tanto, aumentan las posibilidades de que China busque la adhesión al CPTPP, permitiéndole profundizar su compromiso de integración regional y generando importantes beneficios económicos: un ingreso nacional adicional de 298 mil millones de dólares para 2030.
Además, se cree que unirse al CPTPP sirve a las propias políticas económicas y objetivos de desarrollo de China aceleraría las reformas orientadas al mercado. Además de que le brindaría la oportunidad de influir en la remodelación de las normas y estándares comerciales mundiales de la próxima generación.
En los últimos 18 meses, las circunstancias internas y externas de China han cambiado drásticamente, por lo que es un buen momento para que considere un enfoque más activo. Ha tomado medidas para abrirse aún más y realizar reformas económicas.
Por ejemplo, mejoró el acceso al mercado para extranjeros a los sectores manufacturero y financiero, revisó todo el régimen de inversión extranjera para otorgar igualdad de trato y protección a los inversores extranjeros y los derechos de propiedad intelectual, creó el puerto de libre comercio de Hainan para ampliar y profundizar el alcance y el nivel de liberalización a modo de prueba.
Recientemente lanzó un documento de política para afirmar y refinar su compromiso con una economía basada en el mercado, minimizando la intervención estatal en el mercado, incorporando reglas y prácticas internacionales en la formulación de políticas nacionales, profundizando las reformas de las empresas públicas para nivelar las reglas del juego para empresas estatales, privadas y extranjeras.
A nivel mundial, la adhesión de China al CPTPP puede proporcionar una solución a las tensiones comerciales con Estados Unidos.
Si bien los miembros actuales pueden bloquear la adhesión de cualquier solicitante, muchos de ellos ya tienen amplios lazos comerciales y de inversión con China. Sin embargo, uno de los principales retos se encuentra en el artículo 32.10 del T-MEC, esta cláusula requiere que una parte comunique a las otras partes su intención de negociar un acuerdo de libre comercio con un país no comercial con al menos tres meses de anticipación y proporcionar a las otras partes información sobre tales negociaciones, así como la oportunidad de revisar el texto completo del nuevo acuerdo antes de la firma.
Durante el año pasado, la relación de China con Canadá se deterioró rápidamente por la controversia en torno a los procedimientos de extradición del ejecutivo senior de Huawei, Meng Wanzhou, quien también es hija del fundador de Huawei, Ren Zhengfei. Por lo que no sería inconcebible que Canadá se oponga a una negociación con China por temor a las reacciones internas.
El candidato presidencial estadounidense Joe Biden dijo que consideraría la participación estadounidense en el CPTPP si se revisaran los términos. De hecho, algunos de los problemas a los que los demócratas se opusieron, y que llevaron a la administración de Obama a retrasar la presentación del acuerdo al Congreso, han sido eliminados incluida la solución de controversias entre inversionistas y estado, y la exclusividad de datos para medicamentos biológicos. Los miembros de CPTPP pueden ver con beneplácito el regreso de los Estados Unidos y probablemente acepten más cambios, por ejemplo, sobre comercio digital, cuestiones laborales y climáticas, para hacer que el acuerdo sea atractivo para una administración de Biden.
Si Estados Unidos se reincorpora al CPTPP en 2021 o 2022, los funcionarios estadounidenses podrían bloquear los esfuerzos para diluir los estándares de CPTPP y tendrían un veto sobre los términos de entrada chinos. Desde la perspectiva de los Estados Unidos, esa es claramente la mejor política. Desde la perspectiva china, una decisión de la próxima administración estadounidense de ignorar el CPTPP ofrecería una oportunidad para que China negocie los términos de entrada y solidifique la posición de Beijing como el actor económico dominante en Asia.
Fuente:
https://asia.nikkei.com/Opinion/US-must-take-seriously-China-s-interest-in-Pacific-trade-pact
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The CPTPP is currently the largest trading block in the region and the third largest in the world, accounting for 13.5% of world trade in goods, made up of 11 economies in Asia and the Pacific. According to a study by the Peterson Institute for International Economics (PIIE), China’s entry will generate massive economic benefits for this country, as well as for its members, with a 50% trade expansion and a 76% increase in global income to $632 billion.
The Trans-Pacific Partnership Agreement (TPP) was designed in 2016 with strict obligations that require transparency and trade liberalization, as well as closing off virtually any possibility for China to integrate. As former U.S. Trade Representative Michael Froman said, “China’s participation will be welcomed only when it can meet the terms of the TPP. The United States was not excluding China; China was simply not ready to enter.
Donald Trump withdrew the United States from the TPP in January 2017. The remaining 11 countries continued negotiations and suspended some of the more controversial provisions favoring the United States and implemented the pact, renaming it the CPTPP in late December 2018. This opened up a possibility for China’s entry.
Without U.S. officials selecting new applicants, China could now negotiate its accession to the treaty under revised and more flexible terms to enhance its regional economic influence. This would send a bad signal to the United States, both in economic and geopolitical terms.
For China to enter the CPTPP, it will have to make significant internal reforms to comply with established disciplines, such as: state-owned enterprises, data flows and location restrictions, labor obligations and subsidies.
China has not changed its position towards regional economic integration, its priorities lie in the use of the Regional Comprehensive Economic Partnership (RCEP), complemented by the China-Japan-Korea (CJK) trilateral trade agreement and the massive “Belt and Road” initiative to deepen integration in intra-Asian supply chains, as well as political relations.
After almost eight years of negotiation, the RCEP is almost complete. In November 2019, all 16 participants except India agreed to a comprehensive agreement covering trade in goods and services. China, Japan, Korea, Australia, New Zealand and the 10 members of the Association of Southeast Asian Nations hope to finalize the legal text and sign the agreement by the end of 2020. The CPTPP has seven members overlapping with the RCEP.
The provisions of both treaties, RCEP and CJK, narrow the gap between Chinese practice and CPTPP best practices. They therefore increase the likelihood that China will seek accession to the CPTPP, allowing it to deepen its commitment to regional integration and generating significant economic benefits: an additional national income of $298 billion by 2030.
Furthermore, joining the CPTPP is believed to serve China’s own economic policies and development objectives by accelerating market-oriented reforms. It would also provide an opportunity to influence the reshaping of global trade rules and standards for the next generation.
Over the past 18 months, China’s internal and external circumstances have changed dramatically, so it is a good time for it to consider a more proactive approach. It has taken steps to open up further and implement economic reforms.
For example, it has improved market access for foreigners in the manufacturing and financial sectors, revised the entire foreign investment regime to provide equal treatment and protection for foreign investors and intellectual property rights, and created the Hainan Free Trade Port to broaden and deepen the scope and level of liberalization on a trial basis.
It recently launched a policy paper to affirm and refine its commitment to a market-based economy, minimizing state intervention in the market, incorporating international rules and practices into national policymaking, deepening public enterprise reforms to level the playing field for state-owned, private and foreign enterprises.
At the global level, China’s accession to the CPTPP may provide a solution to trade tensions with the United States.
While existing members can block the accession of any applicant, many already have extensive trade and investment ties with China. However, one of the main challenges is found in Article 32.10 of the USMCA, this clause requires that a party communicate to the other parties its intention to negotiate a free trade agreement with a non-trade country at least three months in advance and provide the other parties with information on such negotiations, as well as the opportunity to review the full text of the new agreement before signature.
During the past year, China’s relationship with Canada deteriorated rapidly because of the controversy surrounding the extradition procedures of Huawei’s senior executive, Meng Wanzhou, who is also the daughter of Huawei’s founder, Ren Zhengfei. So it would not be inconceivable for Canada to oppose a negotiation with China for fear of internal reactions.
US presidential candidate Joe Biden said he would consider US participation in the CPTPP if the terms were revised. In fact, some of the issues that Democrats opposed, and which led the Obama administration to delay presenting the agreement to Congress, have been eliminated, including investor-state dispute resolution and data exclusivity for biological drugs. CPTPP members can welcome the return of the United States and will likely accept further changes, for example, on e-commerce, labor and climate issues, to make the agreement attractive to a Biden administration.
If the United States rejoins the CPTPP in 2021 or 2022, U.S. officials could block efforts to dilute CPTPP standards and would have a veto on Chinese entry terms. From the U.S. perspective, that is clearly the best policy. From the Chinese perspective, a decision by the next U.S. administration to ignore the CPTPP would provide an opportunity for China to negotiate the terms of entry and solidify Beijing’s position as the dominant economic player in Asia.
Sources:
https://asia.nikkei.com/Opinion/US-must-take-seriously-China-s-interest-in-Pacific-trade-pact
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