
CER: Conducta Empresarial Responsable
De acuerdo con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) la Conducta Empresarial Responsable (CER) se ejecuta cuando la empresa, independientemente de su forma jurídica, tamaño o sector, evita y aborda las consecuencias negativas de sus operaciones, al tiempo que contribuye al desarrollo sostenible del país en donde opera.
CER es una visión más holística e integral que la Responsabilidad Social Corporativa (RSC), esta última tiene un enfoque principalmente filantrópico. Mientras que, la primera, integra y considera los problemas ambientales y sociales dentro de las actividades comerciales del negocio, por tanto, tiene como elemento clave la debida diligencia basada en riesgo. Proceso mediante el cual se busca identificar, prevenir y mitigar los impactos negativos (actuales y potenciales) derivados de la actividad comercial, pero no solamente las propias de la empresa, sino que también abarca las de las cadenas de suministro.
Hoy en día, es un hecho que la reputación corporativa y la carrera profesional de los altos ejecutivos cada vez más están bajo la observación de la sociedad. Las tecnologías y las obligaciones de transparencia han permitido que se examine de cerca la coherencia entre el decir y el hacer. Por ello, el 58% de los miembros de la junta están muy preocupados de que sus decisiones enfrenten el escrutinio público, revela el Informe de Integridad Global 2022 de EY.
Una empresa íntegra es más competitiva y resiliente, CER no es una opción es un imperativo. El desafío es involucrar desde la alta dirección a todas las personas y a todos los equipos que conforman la organización.
Indica la OCDE que las empresas que respetan los principios y estándares del CER y ponen en práctica la debida diligencia han estado mejor equipadas para hacer frente a la crisis desencadenada por la pandemia, así como para recuperarse. Esto debido a su enfoque centrado en el valor a largo plazo.
Una encuesta de la OCDE sobre políticas públicas de CER en México reveló que el 59% de las empresas han adoptado una política escrita sobre uno de los siguientes ámbitos: derechos humanos, laborales, medio ambiente, lucha contra la corrupción, intereses de los consumidores y divulgación de información. El 63% realizan informes sobre CER, y el 35% exige algún proceso de debida diligencia en su cadena de suministro.
Las buenas prácticas de integridad empresarial son herramientas necesarias para reducir los riesgos de corrupción en las empresas. El Foro Económico Mundial estima que la corrupción aumenta el costo de hacer negocios hasta en un 10%, porcentaje que no toma en cuenta los efectos negativos derivados de dicho acto como son: potenciales litigios, sanciones y daños reputacionales.
El Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) señala que una buena práctica que pueden implementar las empresas es crear la figura interna de un comité de ética o un oficial de cumplimiento que traduzca el compromiso anticorrupción en acciones específicas.
Señala el IMCO que un primer paso indispensable para la ejecución de estas buenas prácticas es la realización de una evaluación de riesgos de corrupción, la cual permitirá definir y establecer los controles internos necesarios dentro de la empresa. Esta evaluación debe ser un análisis de: el contexto, sector, marco regulatorio, la empresa y/o unidades de negocio, y procesos internos de alto riesgo de corrupción.
Otra herramienta básica es el código de conducta, documento donde se definen valores y reglas de conducta de los colaboradores relacionadas con dilemas éticos en el ámbito laboral. En 2019, el IMCO encontró que 37% de las empresas listadas en la Bolsa Mexicana de Valores no tenían una versión pública de su código de ética en su página web.
Para que estas políticas funcionen es necesario que la empresa cuente con canales de denuncia y se genere una cultura al respecto. Los trabajadores deben tener la confianza de la efectividad de este proceso. De acuerdo con el IMCO, a 2020, los canales de denuncia más utilizados son la línea telefónica (33%), el correo electrónico (33%) y el sitio web (32%).
El grado en que las empresas ofrecen protección a los denunciantes en sus organizaciones es un punto de referencia esencial de la cultura de la integridad. Todos los niveles de la organización deben estar seguros de que pueden informar sin temor a consecuencias negativas, y que las violaciones señaladas tendrán sanciones. El Informe de Integridad afirma el 33% de los encuestados no denuncia porque no se toma ninguna medida.
La forma en que la empresa comunica tanto interna como externamente todas estas acciones debe ser con el objetivo de crear estándares de integridad. Generar una cultura que los trabajadores lleven con sus familias y comunidades. Según el Informe de Integridad Global 2022 de EY, solo el 30% de los empleados recuerdan las campañas de integridad difundidas en sus centros de trabajo.
Es momento de analizar si nuestra empresa cumple con su responsabilidad de contribuir a una sociedad más justa y garantizar los más altos niveles de comportamiento ético y de conducta empresarial socialmente responsable.
Fuente:
https://imco.org.mx/la-integridad-como-sello-empresarial/
http://guiacerempleadores.org/index.html#cer
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According to the Organization for Economic Cooperation and Development (OECD), Responsible Business Conduct (RBC) is implemented when the company, regardless of its legal form, size or sector, avoids and addresses the negative consequences of its operations, while contributing to the sustainable development of the country in which it operates.
RBC is a more holistic and comprehensive view than Corporate Social Responsibility (CSR), the latter having a primarily philanthropic focus. While the former integrates and considers environmental and social issues within the commercial activities of the business, it has risk-based due diligence as a key element. This is a process that seeks to identify, prevent and mitigate the negative impacts (actual and potential) arising from business activities, not only those of the company itself, but also those of its supply chains.
Today, it is a fact that corporate reputation and the careers of senior executives are increasingly under the scrutiny of society. Technologies and transparency obligations have led to close scrutiny of the consistency between what is said and what is done. As a result, 58% of board members are very concerned that their decisions face public scrutiny, reveals EY’s Global Integrity Report 2022.
A company with integrity is more competitive and resilient, RBC is not an option, it is mandatory. The challenge is to involve all the people and teams that make up the organization from the top management.
The OECD indicates that companies that respect RBC principles and standards and implement due diligence have been better prepared to confront the crisis triggered by the pandemic, as well as to recover. This is due to their focus on long-term value.
An OECD survey of public RBC policies in Mexico revealed that 59% of companies have adopted a written policy on one of the following areas: human rights, labor, environment, anti-corruption, consumer interests, and disclosure of information. 63% conduct RBC reporting, and 35% require some form of due diligence process in their supply chain.
Good business integrity practices are necessary tools to reduce the risks of corruption in companies. The World Economic Forum estimates that corruption increases the cost of doing business by up to 10%, a percentage that does not take into account the negative effects derived from this act, such as potential litigation, sanctions and reputational damage.
The Mexican Institute for Competitiveness (IMCO or Instituto Mexicano para la Competitividad in Spanish) points out that a good practice that companies can implement is to create an internal ethics committee or compliance officer to translate the anti-corruption commitment into specific actions.
IMCO points out that an indispensable first step for the implementation of these good practices is to conduct a corruption risk assessment, which will allow defining and establishing the necessary internal controls within the company. This assessment should be an analysis of: the context, sector, regulatory framework, the company and/or business units, and internal processes with a high risk of corruption.
Another basic tool is the code of conduct, a document where values and rules of conduct for collaborators related to ethical dilemmas in the workplace are defined. In 2019, IMCO found that 37% of companies listed on the Mexican Stock Exchange did not have a public version of their code of ethics on their website.
For these policies to work, it is necessary for the company to have whistleblowing channels and to create a whistleblowing culture. Workers must have confidence in the effectiveness of this process. According to IMCO, as of 2020, the most commonly used whistleblowing channels are the telephone line (33%), email (33%) and the website (32%).
The level to which companies provide protection for whistleblowers in their organizations is an essential benchmark of integrity culture. All levels of the organization must be confident that they can report without fear of negative consequences, and that reported violations will have sanctions. The Integrity Report states 33% of respondents do not report because no action is taken.
The way in which the company communicates both internally and externally all these actions should be with the objective of creating standards of integrity. Generating a culture that workers carry with their families and communities. According to EY’s Global Integrity Report 2022, only 30% of employees remember the integrity campaigns disseminated in their workplaces.
It is time to analyze whether our company is fulfilling its responsibility to contribute to a more equitable society and to ensure the highest standards of ethical behavior and socially responsible business conduct.
Source:
https://imco.org.mx/la-integridad-como-sello-empresarial/
http://guiacerempleadores.org/index.html#cer
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